miércoles, 16 de diciembre de 2009

Puente Alto y Machalí son dos extremos

Mi amiga, en este cerro de pasos amplios y calles angostas, es como vivir entre muertos. Se escucha el sonido de los pájaros sedientos y asolados. La brisa de las mangueras que vecinos dejan correr. El quiquiriqueo incestuoso de los gallos. Es que este lugar se parece a la ciudad del Tedio, todo es calor, incluso el agua de las piscinas parece estar tibia. Los helados se derriten dentro de los congeladores, y jugar a la pelota es una idea que desecho. Es como si el sol bajara a dar unas vueltas por estos lados, a borrarnos de la cabeza las estupideces. A veces es un alivio, una vía de escape para no pensar en "las cosas que ya sabes, que ya hicimos, que ya no podemos evitar" El sol sin duda, en estos días con tanto tiempo libre, son un cable al cielo, no vale la pena pensar... En estos días pensamos de más.
Mi amiga, tiene toda la razón "Rancagua y Santiago son dos extremos" y de pronto se me hace rancagua una ciudad familiar, una ciudad enemiga que se te ha alejado de mi. A dónde ir a las horas de almuerzo para asarnos en aquel departamento. A quién llamar para decir que nos juntemos en una hora, solo por hablar, solo por reirnos y comer fideos. Nadie entendería la sutil felicidad que me provoca que me escuches... Pasan los días y "nos extraño" a las cuatro como grupo, a las cuatro como bulla, a las cuatro como silencio... Queda poco, poquísimo para vernos... en unas horas estaremos abrasadas mirando por tu ventana el canal 13, ridiculizandote por tu pelo corto (no puedo creeeeer que lo hallas hechoooo!!!) y en fin... "queda poquito, muuy poquito"

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